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domingo, 6 de abril de 2014

La flauta travesera en el Barroco.

La era Barroca marcó el retorno de la popular Flauta Traversa. Su construcción fue hecha en un tubo cónico que contenía seis agujeros abiertos  agrupados en dos secciones y una llave cerrada cubría, que  producía el Re#.
El cuerpo, antes de una sola pieza, fue realizado en tres partes: cabeza, cuerpo y pie.


La flauta barroca empieza sus alturas en Re y tenía dos octavas. Otras notas podían tocarse intercalando dedos o tapando la mitad de los orificios, pero eran difíciles de tocar y de sonoridad opaca.
Alrededor de 1700, el cuerpo fue dividido en dos partes y pies extras, llamados cuerpos de recambio, lo que permitía al flautista adaptar su afinación de acuerdo a diferentes orquestas. De todas maneras, con las posiciones cruzadas, las flautas tenían mejor respuesta sonora en Re y Sol Mayor. Si bien había muchos flautistas, los flautistas profesionales lograron adaptarse a los cambios muy bien.
En 1722  se inventan las llaves de Do y Do#. El flautista y compositor J. Quantz critica mucho esta prolongación, que juzga inútil y nociva para la calidad del sonido.
En 1752, los Tratados de Quantz y Tromlitz (en 1786), ofrecen diferentes digitaciones para cada nota.
En 1760 los fabricantes  Florio, Gedney, y Potter agregan las llaves de Sol#, Sib y Fa.
Alrededor de 1790 aparecen flautas de 4 llaves en la música sinfónica de Haydn y Mozart.





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Tatiana Garnelo Morán 
1º HCS IES Bergidum Flavium

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