Un año más se acerca el tan apreciado verano, y con él la no tan apreciada operación bikini. En estos meses, el número de personas que se apuntan a gimnasios, que salen a correr o que hacen cualquier tipo de actividad física se incrementa notablemente.
Como todos los miércoles, me dirijo a mi clase de spinning. Una sesión de 45 minutos, en la que se sigue el ritmo de la música a base de pedaladas, es suficiente para dejarme agotada. Mientras voy camino al vestuario para ducharme y cambiarme, me cruzo con la gente que está haciendo tonificación. "Que duro tiene que ser" pienso. Una hora entera haciendo planchas, abdominales, gomas... Aunque, con música eso sí. Que tendrá la música que hace que todo cueste menos. "Podría probar algún día, ¿por que no?" se me viene a la cabeza.
Por Carmen Lasheras Olmedo, 1ºBachillerato. IES. Isabel Perillán y Quirós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.