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domingo, 12 de junio de 2016

El sonido que recuerdo. Mi abuela.

Yo no olvidaré el día en el que se murió mi abuela.
Un ocho de agosto de dos mil quince se murió. Estábamos hablando cuando de repente le dijo a mi madre:

-Hija tráeme un vasito de agua, que estoy mareada, que estoy mareada.


Mi madre fue a traerle el vasito de agua, cuando ya se le había cambiado el color de la cara. Le dio dos sorbos y vomitó. Mi madre creía que era la tensión por eso le puso dos almohadas bajo sus piernas.

Llamamos a lo vecina de abajo y a su marido, ya que ella es enfermera y él cura. La enfermera le dijo:

-Te acompaño en el sentimiento. Ojalá Dios me dé una muerte como la suya.

Ahí mi madre se puso a llorar y a llamar a todos sus hermanos. Mi tía de Málaga estaba trabajando y mi hermano en un campeonato de boxeo, en Bilbao. Cuando le dijimos lo que pasó dejó el torneo y se vino a Málaga.

Al día siguiente, mi tía y mi hermano, cogieron el barco de las siete de la mañana, para poder ir a su entierro. En el entierro vinieron muchas personas, algo que me alegra, porque eso significa que le quieren muchas personas.


Omar E. K., 1º ESO E del IES Antonio Gala de Alhaurín el Grande (Málaga).

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