4 de mayo, 2 y media del medio día. De camino a casa después de un duro examen de lengua. Como siempre, mientras tanto, planifico mentalmente lo que debo hacer por la tarde. "Hay que hacer el trabajo de Imagen y Sonido...", pienso. Llego por fin a mi casa, y aguzo mis oídos para fijarme en el primer sonido que escuche. Lo tengo, ¡la cocina!
Puede parecer absurdo e insignificante, pero este sonido ha crecido muy dentro de mí a lo largo de los años. Vale, estoy exagerando, pero al fin y al cabo es el primero que escucho casi todos los días al volver de clases. Debo reconocer que me pillaba de paso, pero creo que la mejor manera de representar "el sonido que habito" es eligiendo un ambiente que sintamos frecuentemente. En mi caso, este sonido es un gran ejemplo de ello.
Francisco de la Guía Panadero, 2º Bachillerato
IES Isabel Perillán y Quirós (Campo de Criptana)
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