Un momento, dos, tres o cuatro, pero cada uno especial. Cada uno con sus risas, sus miradas; sus características.
Y parece imposible ser sencillamente feliz junto a alguien que alegra tus vacaciones, alguien con quien puedes compartir Coca-Colas frente al mar. Alguien con quien puedes montarte en un coche y descubrir lugares.
Y quieras o no, sabes que cada año esperas ansiosamente a que lleguen esos días para pasarlos junto a ella; tu mejor amiga. Porque la extrañas, porque tienes ganas de un gran abrazo que recupere todos esos días a distancias incontables. Quieres disfrutar baños en la playa, siempre que sea junto a ella. Quieres compartir infinidades de palabras que no sabes cómo expresarlas con los demás. Y… ¿Qué me dices de esas cenas con amigos? Sí, sí, aquellas en las que las horas se convierten en segundos recordando los tiempos pasados, en las que los dispositivos móviles quedan apartados para darle paso a las palabras que construyen la noche y nos olvidan los grandes problemas sucedidos en el invierno.
Por esos paseos en bicicleta, eso helados observando las barcas del puerto. Aquellos caminos perdidos para encontrar una buena puesta en escena y tener una gran fotografía.
Sé que la vida es como una montaña rusa, y que todo puede acabar cuando menos lo esperas, por eso disfrutaré cada momento.
Pero… para todo lo bueno hay que esperar, y, esperaré, por todos esos grandes veranos junto a tí.
Lucía Muro
(3ºESO)
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