Una tarde de invierno, mientras estaba haciendo los deberes, pasó, aparcó y no sé porqué volvió a arrancar el coche de un vecino. Pensé que ese sería un buen sonido para el trabajo de Lengua. No es que sea el sonido más bonito que hay en este mundo, pero es un sonido. Bajé corriendo por las escaleras, y le dije a mi padre que si podía arrancar el coche.
Fui con mi padre al garaje. Estaba lloviendo y a mi padre no le gustó mucho la idea de mojarse, pero me ayudó. Si lo escuchas bien, se escuchan las gotas de lluvia. Pensé que podía haber grabado el sonido de un coche más bueno, como un Ferrari o un Porche. Me quedé con este sonido por la anécdota y porque es una máquina que me gusta mucho y que me lleva todas las mañanas al colegio.
Ferran Blasco
2ºE.S.O
Colegio Helios
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