martes, 3 de febrero de 2015

Mujeres bendecidas por un milagro

En la puerta de mi casa se encontraban un grupo de mujeres, hablando lo suficientemente alto como para que cualquier desconocido puediese escucharlas. Su conversación no era precisamente cosa extraña. Las mujeres estaban, obviamente, escoltados por dos caniches, que poca pinta tienen de poder rescatarlas dado el caso.
La foto la eché el 18 de enero a las 3 de la tarde.
Lo típico de mujeres de su edad: dolores, médicos, hospitales, cómo están de salud... Su historia, concrétamente, era así:

Una de ellas tenía una lesión interna, pero extrañamente, no le dolía. Pero, al menos, gana una razón para salir y contarle algo nuevo a sus amigas. Narra la épica aventura de su ida al doctor, que asombrado con el milagro de ésta, no pude hacer más que mandarla a casa, y alegrarse de que no le moleste, pero se lleve un cojeo molesto, aun que compensatorio.
 Estos hechos ocurren en la un pequeño pueblo manchego, Almagro. En la calle San Lázaro (que obviamente tenía algo que ver con los milagros que le han ocurrido a esta encantadora señora), número 18. Para los interesados en venir a este lugar de peregrinación., donde creyentes se congregan para que San Lázaro les de suerte, como a la señora, aquí tienen el lugar exacto del suceso:



Pero, es en la intimidad, en el hogar, donde de verdad se conoce a alguien, el ruido de una familia al comer. En mi casa, la hora de comer es como el campo de batalla. Todos gritan, la perra ladra, los vasos y platos hacen ruidos muy molestos. Algunos incluso se rompen. Pero así es mi familia.. Es divertida, y ruidosa, pero nos queremos, y eso es lo más importante. Aquí hay un ejemplo de cómo es un día en mi casa:

¿Qué me ha parecido #ElSonidoQueHabito?
 http://www.pixteller.com/img/56859?new=1
Hecho por: Elena Cañizares Aparicio.

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