Por las mañanas, los golfistas comienzan a recorrer el campo tranquilamente, aunque no se imaginan que en un momento dado, se van a topar con un pequeño perro muy ladrador. Se llama Nevado, y vive en mi casa. Él, tiene el control de cada una de las personas que pasan por el campo de golf, debido a que las observa durante todos los días, al pasar junto a la valla de mi casa. Durante el largo recorrido de los golfistas, todo es muy tranquilo; hay mucha paz y serenidad, pero conforme se van acercando más hacia mi casa, comienzan a oír sus primeros ladridos. Nevado, les avisa que no serán bienvenidos, si intentan pasar al territorio de mi casa. Ellos piensan, que simplemente es un chucho muy pesado, que no se calla ni debajo del agua. Pero en realidad, a Nevado lo único que le apetece, es llamar la atención de los demás e intentar que le hagan caso. En ocasiones, los golfistas comienzan a hacer bromas, riéndose de él y haciendo tonterías, pero claro, gracias a eso lo único que consiguen es alterar más a Nevado, y hacer que continúe, molestándoles, e incluso, les ladre aún más fuerte. Aunque verdaderamente, Nevado no es tan listo como él se cree; cada vez que los golfistas lanzan las bolas, corre tras ellas y ladra, pero de lo que no se da cuenta es que nunca va a poder cogerlas, porque entre el campo de golf y él, hay una valla que les separa.
Laura Chico
Colegio Helios
Lengua Castellana 1º ESO
Proyecto El sonido que habito/Los sonidos de mi calle
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