La
excursión comenzó sobre las 9:00 h. en Valsaín
Primero
fuimos hasta Peñalara, donde hicimos un pequeño descanso y seguidamente
continuamos el viaje hacia la Camorca,
que fue sin duda la parte más cansada porque había una cuesta muy larga y
empinada. En la Camorca, cerca del refugio, merendamos durante una hora y luego
seguimos nuestro camino hacia la Fuenfría donde comeríamos.
Antes
de legar a la Fuenfría pasamos por el Convento de Casarás del cual quedan unas
pocas piedras. Este convento es el escenario de una leyenda:
En el siglo XIV, Hugo de Marignac,
que era un caballero de Castilla, guardián de un tesoro y hombre de confianza
de la reina, había ocultado las riquezas de la orden del Temple en el convento
de Casarás.
Hugo se enamoró de una dama
de la corte y, tras varios intentos de
conquistarla, ya desesperado, recurrió a un hechicero que habitaba a los pies
de la sierra de Guadarrama.
Este le propuso un trato: el
amor de la dama a cambio del tesoro del Temple. Hugo aceptó.
Pero el hechicero malvado
convocó a un espectro y el caballero, confundido, clavó la espada al espectro.
Después, el hechicero confesó que lo que había atravesado, en realidad, era su
amada y Hugo, lleno de rabia, le mató.
Tras este terrible suceso,
él mismo se suicidó por la pena y desde
entonces, su fantasma vaga por los
montes de Valsaín.
Después
de la breve parada en Casarás retomamos la marcha hasta la Fuenfría donde
comimos y, por último, bajamos por un camino paralelo al Camino Schmidt hasta el río Eresma. Allí estuvimos
bañándonos un rato y finalmente cogimos el autobús para llegar al instituto a
las 5:30 h.
Trabajo realizado por Cristina Fernández Herranz, 3º de ESO, IES María Moliner de Segovia
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