Estaba tranquilamente en casa cuando acabe de cenar y decidí lavarme los dientes.
De repente note como mi boca ardía, mis dientes estaban sensibles y mi pasta de dientes se convertía en una especie de fuego que recorría mi boca, abrí el grifo y me enjuague bien la boca, no sirvió para mucho ya que con el agua fría todo parecía ser peor, mis dientes se movían y cada vez notaba como un dolor intenso me recorría la mandíbula.
De repente note como una muela intentaba arrancarse de la encía, no podía creer lo que me estaba pasando, a mi boca le pasaba algo, no sabría explicar lo que sucedía, llame a mi madre para saber si podría hacer algo y me dijo:
- Solo hay una cosa que podemos hacer... .Sacó hilo dental y me lo ató a la muela. -A la de tres tiramos, unaaa, doos y.... TRES¡¡.La muela salió disparada de mi boca, mi madre cogió papel, lo empapo de agua y me lo metió en el espacio que quedo hueco para que absorbiera la sangre. - Es tu primer diente de leche, ahora puedes dejarlo debajo de la almohada y esperar hasta mañana, el ratoncito Pérez te traerá una sorpresa. Me dijo. Conque eso era lo que pasaba, era mi primer diente de leche.
A la mañana siguiente mire debajo de la almohada y vi una nota que ponía:
+ Querida amiguita, te has portado muy bien estos días, se que dolió sacarte esa muela pero la pobre estaba tan agusto ahí metida que no se acordaba de que tenia que dejar sitio a la que viene ahora, espero que te guste lo que te traje y que siempre que se te mueva un diente estaré yo al día siguiente para recogerlo. Un abrazo.
Att: El ratoncito Perez.
Alba Arias Fernández
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