Ese sonido me recuerda mucho a las
clases, los deberes, los controles, pero sobre todo me recuerda el estrés que
te provoca absolutamente todo lo relacionado con el colegio.
Acabas de empezar el curso y ya no puedes
parar de pensar en la playa, el agua fresquita de mi piscina, en poder
disfrutar de mi tiempo, en no tener que preocuparte de si tengo que entregar un
trabajo al día siguiente...
Además, conforme vas creciendo todo se
complica, algunas personas pensarán que hacerse mayor es lo más
"guay" del mundo, pero, no.
Hacerse mayor conlleva una serie de
responsabilidades que te impide hacer lo que tu quieres.
Cuando creces, tu vida no solo consiste
en estar todos los días con tus amigas si no también dedicar un poco, bastante,
de tiempo al estudio.
Los adolescentes que lean esto pensarán
que estoy completamente loca, pero no es verdad.
Amigos, esto es la cruda realidad. Ya sé
que solo me estoy centrando en las cosas malas del colegio, aunque tenga muchas
buenas, como he dicho al principio, pero lo que me recuerda una tiza
deslizándose por la pizarra es el estudio, loa exámenes, el invierno, el
uniforme...
Menos mal que solo me encuentro con
pizarras en los colegios.
Marta Benavent Llácer
Colegio Helios
2º ESO
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