El ballet, como tantas disciplinas físicas, necesita muchas
horas hasta que llegas a tener los resultados deseados. En mi caso hago unas 12
horas semanales, pero las hago encantado. Me sirve como vía de escape cuando no
he tenido un buen día y necesito desconectar. El ballet me ha dado momentos que
nadie que haya bailado sabe como son; esos subidones de adrenalina antes de una
actuación, horas y horas interminables de ensayos en los que parece que todo
sale mal, cuando acabas de actuar y sales en los aplausos... En definitiva,
aunque el ballet necesita muchas horas para lograr tener un perfecto control de
cuerpo y así realizar bien los ejercicios, todo ese sufrimiento se ve
recompensado en las actuaciones. No hay mayor recompensa que un trabajo bien
hecho.
He escogido este audio porque aunque no está la
característica música clásica del ballet, suena el profesor dando las
correcciones, sin las cuales no mejoraríamos, también está de fondo el sonido
de las puntas que tanto duelen de mis compañeras que aunque no les toca a ellas
pasar su baile, estas ahí trabajando para que en el momento de la verdad salga
perfecto.
Trabajo realizado por Arturo Vela Martín, 3º de ESO, IES María Moliner, Segovia
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